El portabotellas DI VINO

CLICK Luces apagadas. Otro día agotador ha terminado, uno entre muchos. El restaurante está finalmente amueblado. Ayer trajeron las mesas y sillas, el otro día la máquina de café y los estantes detrás del mostrador. Hoy le tocaba el turno a mi rincón favorito, el que acogerá los buenos vinos. Con Di Vino fue amor a primera vista, compré 10 de diferentes colores, no veo la hora de llenarlos uno por uno. Mi pasión en una elegante composición. Tengo curiosidad por saber qué pensarán mis clientes. Después de tantos años de espera, mi sueño está a punto de hacerse realidad, ahora está a un paso. Quizá sea por eso que me tiemblan las manos cuando cierro la cerradura. Volver a la vida está ahora a un paso.